El Papa Francisco, el primer pontífice jesuita y latinoamericano, falleció el 21 de abril de 2025 a los 88 años. Su muerte marcó el fin de un papado transformador de 12 años, caracterizado por la humildad, la inclusión y un impulso inquebrantable por la reforma financiera dentro del Vaticano, una institución centenaria históricamente envuelta en secreto y escándalo.
Un Papado de Reforma
Desde su elección en 2013, Jorge Mario Bergoglio —conocido mundialmente como el Papa Francisco— trabajó para redefinir la brújula moral de la Iglesia Católica y fortalecer su base financiera. Alarmado por décadas de corrupción, mala gestión y escándalos de alto perfil relacionados con el Banco Vaticano (IOR) y varias ramas de inversión, Francisco hizo de la transparencia, la disciplina y los estándares éticos una prioridad para las operaciones financieras de la Santa Sede.
Sus reformas incluyeron:
- Centralizar la supervisión financiera bajo la Secretaría de Economía.
- Imponer auditorías externas a los departamentos vaticanos.
- Publicar informes financieros anuales, algo inédito hasta entonces.
- Prohibir inversiones offshore en sectores contrarios a los valores de la Iglesia (armamento, juego, pornografía).
- Reformar las prácticas de contratación e introducir legislación anticorrupción.
Estas medidas enfrentaron resistencia dentro de la Curia Romana, pero encaminaron al Vaticano hacia una mayor responsabilidad y sostenibilidad financiera.
La Riqueza del Vaticano: Más Allá de los Muros
Contrario a mitos populares, el Vaticano no es una de las instituciones más ricas en términos de activos líquidos, aunque sí controla una considerable riqueza no líquida.
Distribución estimada de riqueza:
- Bienes raíces: Más de 5,000 propiedades en todo el mundo, incluyendo bloques enteros en Roma y propiedades de alto valor en Londres, París y Ginebra, valoradas entre €4–5 mil millones.
- Arte y tesoros culturales: Los Museos Vaticanos albergan algunas de las obras de arte más valiosas del mundo, cuya colección se estima en decenas de miles de millones de euros, aunque son «invaluables» y no están a la venta.
- Activos financieros e inversiones: El IOR gestiona unos €5 mil millones, mientras que la APSA supervisa carteras de inversiones valoradas en €1.8 mil millones en 2020.
- Presupuesto operativo anual: Aproximadamente €300–350 millones.
- Deudas y déficits: En 2021, la Santa Sede reportó un déficit de €3.3 millones.
Conflictos y Resistencia Interna
El impulso reformista de Francisco provocó una feroz oposición interna, especialmente de sectores tradicionalistas y curiales afectados ideológica y financieramente.
Conflictos destacados:
- El escándalo de Londres y el Cardenal Becciu: Inversión de €350 millones en bienes raíces en Londres que derivó en acusaciones de malversación y lavado de dinero. Francisco destituyó a Becciu y ordenó su enjuiciamiento.
- Resistencia a la supervisión: Las auditorías externas fueron bloqueadas por burocracias tradicionales.
- Luchas internas en la Curia: El Cardenal George Pell enfrentó obstrucciones mientras intentaba imponer transparencia financiera.
- Choques con elementos conservadores: Su cruzada reformista también coincidió con conflictos teológicos.
Externamente, Francisco enfrentó presiones de reguladores internacionales, alineando al Vaticano con los estándares europeos de lucha contra el lavado de dinero bajo el programa Moneyval.
Un Papa del Pueblo
Fiel a su mensaje de «una Iglesia pobre para los pobres», Francisco renunció a lujos, viviendo en un modesto apartamento en la Domus Sanctae Marthae. Incluso en la muerte, pidió ser enterrado en la Basílica de Santa María la Mayor, fuera de los muros vaticanos.
Conclusión
El papado de Francisco estuvo marcado por confrontaciones internas y externas. Aun así, su legado es uno de apertura, ética financiera y esperanza de una Iglesia más transparente. Su sucesor heredará no solo la autoridad espiritual, sino también una institución financiera compleja que aún requiere una gestión prudente.